- Acelera la jubilación de los A380 y elimina de su flota 22 aviones de corto radio
- Negocia con Airbus retrasar pedidos y prevé una demanda débil durante años
Lufthansa ya no lucha por ser la aerolínea más grande Europa y ha puesto en marcha un plan de reestructuración para adaptarse a la crisis de la demanda que seguirá a la pandemia del coronavirus. La aerolínea alemana asegura que el sector aéreo tardará en recuperarse y que está muy lejos de volver a los niveles previos a la emergencia sanitaria ya que, por un lado, las restricciones a la movilidad se extenderán en el tiempo para evitar un segundo pico de contagios y, por el otro, pasará tiempo hasta que la población vuelva a viajar por ocio al mismo ritmo que en 2019.
El sector aéreo está muy lejos de volver a los niveles previos a la emergencia sanitaria
«No esperamos que la industria de la aviación regrese a los niveles de crisis previos al coronavirus muy rápidamente. Pasarán meses hasta que las restricciones globales a los viajes se eliminen por completo y años hasta que la demanda mundial vuelva a los niveles anteriores a la crisis», asegura la cúpula directiva de Luthansa. En esta línea, un informe de Deloitte señala que primero se recuperarán los viajes corporativos y, varios meses, los turísticos, situando una eventual reactivación a finales de año.
Para hacer frente al mercado postcoronavirus, la aerolínea alemana ha decidido reducir su tamaño con la retirada de aviones de la flota, el retraso de los pedidos de nuevas a aeronaves, la cancelación de los contratos de leasing y el cierre de Germanwings, que ya estaba en proceso de integrarse en Eurowings. La compañía presidida por Carsten Spohr, que cerró 2019 con 763 aviones, va a acelerar la retirada de los seis A380, de siete A340-600, de cinco 747-400 y de once aviones de corto radio A320 que operan bajo la marca Lufthansa.
La filial Eurowings perderá por su parte diez A320 y la aerolínea regional Cityline operará con tres A340-300 menos. En total, elimina 42 aviones de las flotas de tres de las aerolíneas del grupo. La compañía ya había decidido deshacerse de los A380 por los problemas para llenarlos y por ellos había pactado revenderselos a Airbus en 2022. El objetivo es acelerar el acuerdo.
El ajuste afectará a la plantilla y los hubs de Munich y Francfort
Por su parte, Swiss Air está en negociaciones con Airbus para retrasar las entregas de los aviones pedidos y también tendrá que adelantar la jubilación de los aviones más viejos de la flota y que ya estén amortizados. Austrian Airlines, que dejó de volar totalmente hace unas semanas por las restricciones a la movilidad, acelerará los planes de ajuste aprobados antes de la crisis, igual que Brussels Airlines, cuyo futuro está en el punto de mira de los inversores ya que consideran que es la tiene más posibilidades de desaparecer.
«El objetivo sigue siendo el mismo para todos los empleados afectados por las medidas de reestructuración: ofrecer a tantas personas como sea posible un empleo estable en Lufthansa. Por lo tanto, las conversaciones con los sindicatos y los consejos de trabajadores se organizarán rápidamente para discutir, entre otras cosas, nuevos modelos de empleo para mantener la mayor cantidad de empleos posible», explica la compañía alemana puesto que la reducción de la flota y la capacidad, que se concentrará principalmente en los hubs de Munich y Francfort, implica una reducción de la mano de obra.
En cuando a Germanwings, todas sus operaciones desaparecerán. Lufthansa ya decidió integrar la firma en Eurowings tras el accidente provocado por el piloto, por lo que ha decidido acelerar el proceso. En este punto, la filial resultante tampoco hará largo radio, que ya está en manos de la aerolínea de bandera.
Fuente: eleconomista.es
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