Después de lo vivido en los últimos dos años, inesperados y terribles, es evidente el enorme deseo de volver a sentirnos “normales”, tan normales como antes: volver a ver a nuestros amigos, nuestros compañeros, compartir momentos y experiencias reales, auténticas… y todo ello, ¿por qué? Pues por el simple hecho de que las relaciones interpersonales son un deseo y una necesidad intrínseca en el ser humano, está en nuestros genes. Nos aportan disfrute, bienestar, nos ayudan a crecer y a superarnos. Hablamos siempre, como es lógico, de un entorno de relaciones positivas y tanto en el ámbito personal como el profesional.
Las empresas tampoco han escapado a esta situación, a la necesidad de volver a relacionarse con sus empleados y con sus compañeros, con sus entornos de trabajo y con sus equipos, a encontrarse con los clientes, a seguir fomentando oportunidades para aprender y creciendo profesionalmente.
Desde luego que la pandemia nos ha evidenciado, entre otras muchas cosas, que otra forma de relacionarnos y de trabajar es posible. Y, aunque lo nuevos modelos de trabajo que han surgido como el trabajo híbrido, las reuniones virtuales y el teletrabajo también han demostrado que pueden llegar a ser más eficientes y productivas, no por ello tienen el mismo efecto y no pueden sustituir las relaciones entre las personas.
Por todo ello, la reactivación de los viajes de negocios es una necesidad y una realidad que ya ha empezado a ponerse en marcha, si bien es verdad que los niveles prepandémicos, por distintos motivos, pueden tardar todavía un tiempo en recuperarse.
Reforzar la flexibilidad, la seguridad y la tecnología han sido iniciativas claves a la hora de facilitar esta recuperación ya que han permitido optimizar una gestión esencial, como es la de los riesgos de Duty of Care.
Una comunicación actualizada, en tiempo real, sobre la situación del destino a viajar, alertas, medidas restrictivas, aperturas, etc… ha sido otra medida fundamental que ha ayudado al viajero a desplazarse con tranquilidad y seguridad.
La sostenibilidad es otra importante iniciativa que cada vez adquiere mayor peso. Hemos aprendido, o debemos aprender, que no hay planeta B y que, entre todos, debemos conseguir que los viajes se realicen, cada vez, de una forma más sostenible y responsable, más respetuosa con nuestro entorno y medio ambiente.
No es tarea fácil, pero debemos seguir trabajando para conseguir una política de viajes, social y ambientalmente responsable. En definitiva, intentando recordar las lecciones que esta pandemia nos ha dejado y que no deberíamos olvidar.
Por Cruz Sánchez Vázquez
Spain Travel Category Lead at NTT DATA Spain