El primer tren de alta velocidad sale de la ciudad valenciana con 96 pasajeros y llega a la capital de España con seis minutos de retraso
El nuevo tramo de alta velocidad ferroviaria entre Castellón y Madrid realizó ayer su primer trayecto comercial con los primeros 94 pasajeros que, alrededor de las seis y cuarto de la mañana, accedían al convoy con destino a la capital de España. En su escala en Valencia tres cuartos de hora después, subían a los vagones otros 200 viajeros para, cerca de las nueve de la mañana, llegar a Madrid con apenas seis minutos de retraso sobre la hora prevista, como confirmaron ayer a LAS PROVINCIAS fuentes de Renfe. En total, la compañía transportó ayer 446 viajeros en la relación Castellón-Madrid (sin contar las paradas intermedias, como Valencia o Cuenca, por ejemplo). Esta cifra supone multiplicar por más de siete la demanda media diaria que existía hasta ahora en esa misma relación punto a punto, que era de 60 viajeros diarios.
Así, el interés por esta nueva conexión es palpable si se tiene en cuenta que se han vendido ya cerca de 6.000 billetes para viajar en el AVE. En concreto, hasta ayer se habían suministrado 5.964 tíquets con origen o destino Castellón en apenas una semana y dentro de la campaña promocional iniciada el pasado 17 de enero, y que concluye el miércoles de la próxima semana. Estos billetes, a un precio de entre 25 y 35 euros (en función de si se desea viajar en turista o preferente) pueden adquirirse para realizar estos trayectos hasta el 11 de marzo de este año, fecha en que finalizan las fiestas de la Magdalena de Castellón.
De esta forma, y desde ayer, la ciudad tiene ya cuatro conexiones directas en alta velocidad con Madrid -dos de ida, con salidas a las 6.15 y a las 14.15 horas, y dos de vuelta, a las 9.40 y a las 19.40 horas- que acortan el tiempo en 37 minutos con respecto a los otros trenes de larga distancia, aunque no se llega a cumplir el tiempo anunciado por el Ministerio de Fomento de dos horas y 25 minutos, ya que por ahora se superan las dos horas y media para cubrir el trayecto.
La puesta en marcha del AVE ha multiplicado por siete la demanda habitual de la conexión ferroviaria
Así, antes de las seis de la mañana de ayer, los primeros viajeros del nuevo AVE se presentaban ante el mostrador de facturación para estrenar el tramo que el lunes inauguró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un viaje que sufrió un retraso de casi media hora por problemas técnicos. El president Ximo Puig calificó ayer de «problema accidental» este retraso y solicitó que las infraestructuras no se conviertan en «un frente de batalla».
El nuevo servicio del AVE ha suscitado opiniones encontradas tanto entre los usuarios como entre distintas plataformas y entidades. Mientras algunos alabaron esta nueva infraestructura, que ha costado a Adif 174 millones de euros, otros criticaron que las obras hayan interferido en el servicio de Cercanías, algo que podría llegar a afectar al 50 % de los trenes, según la Plataforma de Defensa del Ferrocarril.
Este mismo cruce de opiniones se pudo observar entre los usuarios del primer viaje de ayer. Para Ernesto Fabregat, arquitecto que ahora se dedica al montaje de los espectáculos del Circo del Sol y debía dirigirse a Sevilla una vez llegado a Madrid, el nuevo servicio es «interesante» porque normalmente se desplazaba en Alvia y, de esta forma, no tiene que bajar del tren y cuadrar horarios. Fabregat indicó que «todo lo que se pueda adelantar en infraestructuras es positivo» ya que en su caso supondrá «un ahorro de tiempo y comodidad».
Laura Carda y Andrea Martínez viajaban también juntas pero por trabajo y regresarán hoy a Castellón en AVE, un trayecto que hacen con asiduidad, por lo que agradecen que se pueda salir ya desde Castellón en alta velocidad y sin tener que hacer transbordos.
Por contra, Héctor Molina, dedicado a la innovación en agricultura, aseguró que viaja a Madrid por trabajo y también es usuario habitual de Cercanías. «No nos vamos a ver beneficiados en nada, sino más bien perjudicados por la pérdida de conexión de proximidad, que es la que realmente hace falta», resumió este usuario. Mientras trabajaba con el ordenador portátil y el teléfono, aseguró que «la inversión no merece la pena en absoluto».
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