- Las claves de un turismo próspero, resiliente y sostenible
De pequeño con 7 años, le decía a mis padres, “no entiendo porque la gente sale al extranjero, con lo bonito que es España”. Parece que ya apuntaba maneras
con esto del turismo, de hecho, mis padres anunciaban esta cantinela a sus amigos, con una expresión algo así como “mira nuestro hijo pequeño que listo nos ha salido”. Siempre me decían que era el más feo, pero el más listo y el más bueno de todos, y con ese apellido me quedé.
Después de 30 años de experiencia, confirmo que mi interés por este sector era genuino y verdadero, profesión a la que he dedicado toda mi carrera, y en la cual me siento feliz. Hoy en día, con el turismo en boca de todos ante las protestas masivas en algunos lugares de España, y también fuera de nuestras fronteras, me veo en la obligación de salir al paso de la “demonización” que se está haciendo al respecto, y me propongo reflexionar sobre sus externalidades tanto negativas como positivas.
Porque parece a la vista de lo que sale en los medios de comunicación, que el turismo es el mal de todo lo que sucede hoy en día, y me niego a que esta industria sea satanizada. Como dice mi prima Marisa, una mujer valiente, atrevida y justa en esta vida, “debemos alzar la voz contra las injusticias, y tenemos que decir menos y hacer más”. Por ello, me hago esta pregunta, ¿queremos una España sin turismo?