El Prat se corona como el aeropuerto europeo que más ha crecido a lo largo de 2016. Según los últimos datos de Aena, el tráfico del aeródromo catalán ha subido algo más de un 11,2%, hasta los 44,2 millones de pasajeros, gracias a la fuerte ofensiva de las compañías de bajo coste, que han apostado por crecer en los principales aeropuertos europeos y han disparado su oferta de rutas y frecuencias en el último año por el combustible barato y el boom de España como destino turístico.
Pese al récord de viajeros registrado por El Prat, que ha sumado 4,4 millones de viajeros en un año, la Ciudad Condal se juega con Dublín el primer puesto como el gran aeropuerto (aquellos que tienen más de 25 millones de pasajeros) que más rápido ha crecido en el ejercicio. Así, según un comunicado del gestor irlandés (Daa), en 2016 pasaron unos 27,9 millones de viajeros por el aeródromo de Dublín, lo que supone un alza de algo más del 11,1% o lo que es lo mismo, un aumento de unos 2,8 millones de pasajeros.
Tras la mejora registrada por la capital irlandesa se encuentra la vuelta de KLM después de 50 años, el aumento de rutas por parte de Aer Lingus (Miami, Málaga, Canarias…) y el desembarco de Aegean Airlines, Cobalt y la moldava Flyone, que ofrece vuelos de coste bajo.
Dentro de los grandes aeropuertos que más crecen en Europa también destacan Mallorca, con un alza del 10,6%, y el de Ámsterdam (Schiphol), que ha visto pasar por sus instalaciones 63,6 millones de pasajeros en 2016, un 9,1% más. Si el análisis se realiza por crecimiento neto, es decir, por número de viajeros, el principal aeródromo holandés se coronaría como el que más crece al recibir 5,4 millones de viajeros más, un millón más que El Prat. El catalán sería el segundo por delante de Barajas, que tras sumar 3,6 millones de pasajeros en 2016, ganaría la medalla de bronce como la instalación que más crece. El quinto gran aeródromo que más ha elevado su tráfico es el de Copenhague: sube el 9,1% a los 29 millones de personas.
Una Europa a dos velocidades
Pero, en línea con las perspectivas económicas, el sector aeroportuario muestra una Europa de dos velocidades: los principales hubs del Viejo Continente apenas han logrado atraer más pasajeros o directamente han caído. En el caso de Heathrow (Londres), que está colapsado y controlado por las aerolíneas de bandera como British Airways, Iberia o Lufthansa, el tráfico de pasajeros ha subido un 1% a los 75,1 millones de viajeros. En esta línea, el principal aeropuerto de París, Charles de Gaulle, cerró el año con un aumento del 0,3% del tránsito de personas hasta los 65,9 millones, mientras que Fráncfort, otro de los hubs más importantes de Europa, cayó un 0,4% a los 60,8 millones.
El gran aeropuerto de Turquía, Ataturk, ha perdido un 2% de su tráfico de pasajeros en 2016, hasta los 60,12 millones, y el segundo aeródromo más grande de Moscú, Domodedovo, ha tenido un 7,2% menos de tránsito. A pesar de que Turquía está atravesando un momento complicado por la inestabilidad política, la desaceleración económica y los atentados, que han llevado a varias compañías europeas como Iberia a cancelar sus vuelos, el segundo aeródromo del país ha registrado un alza del tráfico de los pasajeros del 6,7% a los 31,3 millones, según los datos de la propia firma gestora.
Fuerte apuesta del bajo coste
Los datos recopilados muestran que los aeropuertos que más han subido son aquellos en los que las aerolínea de bajo coste tienen un peso creciente. No en vano, tras el rápido incremento de El Prat se encuentra el alza de las compañías de bajo coste, que han abierto rutas y aumentado frecuencias en la Ciudad Condal en detrimento de los demás aeropuertos de la región, como Gerona, que vive única y exclusivamente de Ryanair y de los vuelos chárter de los touroperadores.
Así, mientras la aerolínea que preside Michael O’Leary ha transportado desde y hasta El Prat 6,8 millones de pasajeros en 2016, un 19% más que el año anterior, a Gerona apenas ha llevado 1,33 millones de viajeros, un 14,8% menos. Ryanair supone el 80,2% del tráfico del aeropuerto gerundense y en más de una ocasión ha amenazado con quitar más vuelos ante el alza de los impuestos por parte de la Generalitat. Así, desde que la aerolínea irlandesa empezó a apostar por Barcelona, Gerona se ha desplomado y ha perdido unos 3 millones de viajeros en menos de una década.
Por su parte, Norwegian, que ultima sus planes para operar vuelos de largo radio desde Barcelona (el permiso final depende de Donald Trump), ha disparado su presencia en el aeropuerto de la Ciudad Condal. Según los últimos datos publicados por Aena, la aerolínea de bandera noruega ha transportado 1,24 millones de pasajeros desde y hacia el aeropuerto de El Prat, un 39% más que en 2015.
En esta línea, easyJet ha crecido un 23,7% hasta los 2,8 millones de viajeros y Vueling, la principal aerolínea del aeropuerto catalán, ha crecido un 8% a los casi 16 millones de pasajeros. Por su parte, Iberia ha aumentado un 8,9% gracias a la recuperación del Puente Aéreo. De las 10 primeras compañías que copan el aeródromo la única que ha retrocedido ha sido British Airways.
La historia se repite en el segundo aeródromo de Londres, Gatwick, donde vuelan todas las aerolíneas low cost como Norwegian, Ryanair, easyJet o Iberia Express. El aeródromo secundario ha elevado un 7,1% su tráfico de pasajeros hasta los 43 millones. O lo que es lo mismo, 2,87 millones más de viajeros han pasado por las instalaciones de Gatwick. En Stansted, el tercer aeropuerto de la isla, los pasajeros han subido un 7,8%, a los 24,3 millones, por lo que todavía no es un ‘gran aeródromo’, a pesar del alza de las rutas de bajo coste.
Y es que, según defiende Kenny Jacobs, director de marketing de Ryanair, los ‘principales aeropuertos de Europa necesitan a las compañías low cost para crecer’. Así, la firma ha decidido cambiar su estrategia y buscar aterrizar en todos los grandes aeropuertos del Viejo Continente, a excepción de Heathrow. En este sentido, prevé empezar a volar desde el aeropuerto de Fráncfort a partir de marzo. «Las cosas están cambiando. Fráncfort ya no está reservado para Iberia o Lufthansa. Los aeropuertos necesitan crecer con tráfico y el tráfico lo generan las low cost», dijo.
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